Santa Escolástica de Nurcia. Fue una religiosa y santa cuya vida entera estuvo consagrada a Dios y a la adoración cristiana. Era hermana gemela de San Benito de Nurcia y vivía no lejos del Monasterio de Monte Casino fundado por su hermano. Es la santa que conmemoramos el 10 de febrero.
Santa Escolástica, nació hacia el año 480, en la región de Nurcia, antiguo Imperio Bizantino, entregándose desde muy pequeña a la vida Religiosa, al igual que su hermano, el también Santo, Benito de Nurcia.
La caridad cristiana y su entrega a Dios hicieron de Santa Escolástica, un ejemplo de bondad y contemplación, habiendo fundado un convento para mujeres, llamado Piumarola, del cual llegó a ser abadesa, justo a los pies del Monte Casino, donde su hermano, San Benito, igualmente había edificado el Monasterio para hombres entregados a la vida religiosa.
Es celebre el relato, según el cual, Santa Escolástica de Nurcia, unida fraternalmente a San Benito, solía visitar frecuentemente el monasterio donde residía su hermano, pero, debido a las normas internas del mismo, dejó de ser posible su presencia, por lo que ambos hermanos se reunirían a orar y a meditar, una vez al año, en un lugar especial cerca de ambos centros religiosos.
Los milagros atribuidos a Santa Escolástica se hicieron celebres y son conocidos por los relatos de San Gregorio, que demuestran la gran pureza de su alma y de la íntima unión con cristo de esta notable santa. Al negarse San Benito a prolongar una reunión espiritual, que una vez al año concedía a su hermana, en una dependencia del Monasterio, Santa Escolástica de Nurcia pidió al cielo una violenta tempestad y una lluvia torrencial, que impidieran que su hermano la abandonase.
En esa reunión, ambos hermanos compartieron juntos toda la noche, conversando de las cosas del cielo y tres días después, Santa Escolástica, quien presentía que esa sería su última reunión en vida con su santo hermano, falleció, ofreciendo a Benito la visión de su alma purísima elevarse al cielo en forma de paloma. Falleció en el año 547, en la Abadía de Montecasino.