El 18 de febrero, la Iglesia celebra la memoria de San Tarasio, patriarca de Constantinopla y firme defensor de la fe cristiana en tiempos de controversias teológicas y conflictos políticos. Su vida estuvo marcada por su dedicación a la Iglesia, su lucha contra la herejía iconoclasta y su compromiso con la caridad y la justicia.
Vida de San Tarasio
Orígenes y educación
San Tarasio nació en Constantinopla en el siglo VIII en el seno de una familia noble y piadosa. Recibió una educación esmerada y destacó por su erudición y virtud. Su formación le permitió ocupar altos cargos en la administración imperial antes de dedicar su vida completamente al servicio de la Iglesia.
Nombramiento como Patriarca de Constantinopla
En el año 784, Tarasio fue elegido Patriarca de Constantinopla por la emperatriz Irene de Atenas, quien buscaba restaurar la veneración de las imágenes sagradas en la Iglesia. A pesar de ser laico en el momento de su elección, fue ordenado rápidamente y asumió su cargo con humildad y determinación.
Defensa de la Ortodoxia y el Concilio de Nicea II
Lucha contra la iconoclasia
Uno de los mayores desafíos de su patriarcado fue la lucha contra la iconoclasia, una herejía que prohibía la veneración de imágenes sagradas y promovía su destrucción. San Tarasio defendió la legitimidad del culto a los íconos y trabajó incansablemente para restaurar su uso en la Iglesia.
Concilio de Nicea II
En 787, San Tarasio desempeñó un papel fundamental en la convocatoria y celebración del Segundo Concilio de Nicea, donde se reafirmó la doctrina sobre la veneración de las imágenes y se condenó la iconoclasia. Este concilio restauró la tradición ortodoxa y fortaleció la unidad de la Iglesia.
Obras de caridad y gobierno eclesiástico
Asistencia a los pobres y reformas
San Tarasio no solo fue un defensor de la fe, sino también un gran benefactor de los necesitados. Fundó orfanatos, hospitales y monasterios, asegurándose de que la Iglesia atendiera las necesidades de los pobres y los enfermos. También trabajó por la moralidad del clero y la disciplina eclesiástica.
Conflicto con el emperador Constantino VI
A pesar de su estrecha relación con la emperatriz Irene, San Tarasio tuvo enfrentamientos con su hijo, el emperador Constantino VI, cuando este intentó disolver su matrimonio para casarse con otra mujer. Tarasio se opuso firmemente, defendiendo la indisolubilidad del matrimonio cristiano, lo que le valió la enemistad del emperador.
Muerte y legado
Últimos años y fallecimiento
San Tarasio gobernó la Iglesia con sabiduría hasta su muerte en el año 806. Su vida de oración, ayuno y servicio le ganó la veneración de los fieles. Fue sepultado en un monasterio que él mismo había fundado, donde pronto comenzaron a registrarse milagros en su tumba.
Veneración y reconocimiento
La Iglesia lo reconoció como santo por su incansable labor en la defensa de la fe y su vida ejemplar de santidad. Su fiesta se celebra el 18 de febrero, y su legado sigue vivo en la historia de la Iglesia Oriental y Occidental.
Otros santos celebrados el 18 de febrero
- San Eladio de Toledo
- San Francisco Régis Clet
- San Simeón de Jerusalén
- Beato Juan de Fiesole (Fra Angelico)
- Beato Guillermo Harrington