A lo largo de la historia de la salvación, Dios ha levantado almas de gran santidad para guiar a su pueblo. Entre ellas, Santa Teresita del Niño Jesús brilla con un resplandor particular. Su humildad y confianza inquebrantables en la providencia divina nos ofrecen un «pequeño camino» hacia la santidad. El 1 de octubre celebramos con alegría su festividad.
Nacida en Alençon, Francia, en 1873, Teresita Martin creció en el seno de una familia profundamente devota. A pesar de la pérdida de su madre a una temprana edad, su fe fue alimentada y fortalecida por su padre y sus hermanas. Desde su más tierna infancia, manifestó un deseo ardiente de consagrarse al Señor.
Milagros atribuidos a su intercesión
La curación de una monja
Uno de los milagros más notables ocurrió poco después de su muerte. Una monja que sufría graves úlceras en sus piernas fue completamente curada tras pedir la intercesión de Teresita. Este milagro fue crucial para su proceso de beatificación.
Las «lluvias de rosas»
Santa Teresita prometió que pasaría su cielo haciendo el bien en la tierra y enviaría «lluvias de rosas». Innumerables fieles han testimoniado recibir rosas en situaciones imprevistas después de pedir su intercesión.
El «pequeño camino» y su espiritualidad
La espiritualidad de Teresita es conocida como el «pequeño camino». En vez de grandes actos de penitencia o ascetismo, ella propuso un camino de infancia espiritual, basado en la confianza y el abandono total a Dios. Esta confianza la llevó a ofrecerse a Dios como una «pequeña víctima» para salvar almas y rezar por los sacerdotes.
Proceso de beatificación y canonización
A pesar de su corta vida, al morir a los 24 años, su impacto en la Iglesia fue inmediato. Sus escritos, en especial «Historia de un alma», conmovieron a muchos corazones. El proceso de su beatificación inició en 1914, y fue canonizada en 1925, en un tiempo récord, reflejando el poder de su mensaje y la eficacia de su intercesión.
Santoral de Santa Teresita
El 1 de octubre es un día de gran júbilo, al conmemorar el santoral de Santa Teresita del Niño Jesús. Es una oportunidad para reflexionar sobre su enseñanza y pedir su intercesión, para que, como ella, podamos avanzar con confianza por el camino de la santidad.
Un modelo para todos
Santa Teresita es un claro ejemplo de que la santidad está al alcance de todos. Su vida nos muestra que no se requieren grandes gestas para ser un santo, sino un corazón humilde y confiado en la misericordia divina. Al celebrar su festividad, pidamos la gracia de seguir su «pequeño camino» hacia el corazón de Dios.
Que la intercesión de Santa Teresita del Niño Jesús nos ayude a crecer en humildad y confianza, y a florecer allí donde nos haya plantado el Señor.