El de 26 de Junio celebramos la santidad de San Antelmo. Nacido en 1107, era oriundo de una familia noble de Chignin en Saboya, Francia. Su fervor por Dios se hizo evidente desde temprana edad. Dedicado y disciplinado, fue nombrado canónigo de la Catedral de Grenoble, luego obispo de Belley y finalmente monje en la Abadía de Cluny.
En su vida, San Antelmo demostró una profunda comprensión del amor de Dios, dedicándose a la enseñanza, al servicio y al fortalecimiento de la Iglesia. Fue reconocido por su generosidad y paciencia, ganándose el corazón de sus contemporáneos.
Acción y Legado católico
Como obispo, San Antelmo luchó incansablemente contra las prácticas corruptas dentro de la Iglesia y la sociedad, defendiendo la justicia y la integridad. A pesar de la resistencia y la persecución, su fuerza espiritual y su determinación nunca flaquearon.
Destaca especialmente su labor en la reforma de la liturgia y la educación cristiana, así como su lucha contra la simonía y el concubinato clerical. Su vida es un testimonio de fe incansable y de servicio dedicado a Dios y a la Iglesia.
Milagros y Beatificación
Varias curaciones milagrosas se atribuyen a San Antelmo. Después de su muerte, muchos fieles, tanto clérigos como laicos, afirmaron haber sido sanados por su intercesión.
El proceso de beatificación de San Antelmo comenzó debido a la creciente veneración popular. Fue beatificado en el siglo XII y sus milagros fueron investigados y validados por la Iglesia, reconocidos como signos de la presencia de Dios y la santidad de Antelmo.
Canonización
San Antelmo fue canonizado por el papa Clemente III en el año 1191, poco después de su beatificación. La canonización reafirmó la santidad de Antelmo, reconociendo oficialmente su virtuosidad y su dedicación a la Iglesia.
Desde entonces, San Antelmo ha sido venerado como un modelo de fe y rectitud, un verdadero servidor de Dios y de la Iglesia.
Festividad de San Antelmo
La Iglesia celebra el día de San Antelmo el 26 de junio. Es un día de oración y reflexión, en el que se recuerda el ejemplo de este santo. En varias localidades de Francia, se realizan celebraciones especiales, con misas y procesiones, en su honor.
San Antelmo nos invita a vivir nuestra fe con convicción, a amar a Dios de todo corazón y a servir a los demás con generosidad y humildad. Su vida es un recordatorio de que, a pesar de las dificultades y las pruebas, podemos vivir en la gracia de Dios y trabajar por su Reino.