San Juan de Matera es un verdadero modelo de devoción y de vida centrada en Cristo. Su viaje espiritual ofrece un faro de fe y amor a Dios, que ilumina hasta el día de hoy, y su fiesta se celebra con alegría y reverencia cada 20 de junio.
¿Quién fue San Juan de Matera?
Nacido en 1070 en Matera, Italia, San Juan fue llamado a la vida religiosa desde una edad muy temprana. A pesar de provenir de una familia noble, renunció a sus riquezas y privilegios para vivir una vida de pobreza y oración. Su pasión por Dios y la vida monástica le llevaron a unirse a los monjes benedictinos de Bari.
Vida en el Monasterio
Durante su tiempo en el monasterio, San Juan de Matera se destacó por su amor a la oración y su estricta adherencia a la regla benedictina. Su conducta ejemplar y su firme dedicación al monasticismo le valieron el respeto y la admiración de sus compañeros monjes, quienes lo eligieron abad. Bajo su liderazgo, el monasterio floreció, convirtiéndose en un faro de santidad y aprendizaje.
San Juan de Matera es recordado por su amor a los pobres y su compasión por aquellos en necesidad. Incluso en su posición de abad, trabajó incansablemente para servir a los menos afortunados, demostrando así el amor de Cristo a través de sus acciones.
Más allá de su vida monástica, San Juan fue también un visionario y reformador. Fundó la Orden de Monte Vergine, dedicada a la vida contemplativa y a la atención a los pobres y necesitados. Esta nueva orden adoptó una regla austera basada en el silencio, la soledad y la oración, y sus miembros se comprometieron a vivir en extrema pobreza.
San Juan de Matera falleció el 20 de junio de 1139, y sus restos descansan en la Iglesia de Santa María de Monte Vergine. Fue canonizado por el Papa Celestino III en 1193.
El testimonio de San Juan de Matera nos recuerda el poder del amor de Dios y el llamado a servir a los demás con humildad y compasión. Su vida sigue siendo un ejemplo brillante de devoción y servicio, y su intercesión es buscada por muchos fieles en todo el mundo.
Este 20 de junio, recordemos a San Juan de Matera con gratitud y amor. Pidámosle que interceda por nosotros, para que podamos seguir su ejemplo de amor a Dios y al prójimo.