La Iglesia honra a San Asterio de Petra el 10 de junio, un día destinado a recordar su sacrificio y su profunda fe. Este día de festividad es un tiempo de reflexión, oración y gratitud por su valentía y su amor por Cristo, que le llevó a dar su vida en testimonio de su fe. En esta fecha, los creyentes de todo el mundo rememoran su historia, buscando inspirarse y reafirmar su propia fe.
Vida e Historia de San Asterio de Petra
San Asterio nació en Petra, una antigua ciudad en la actual Jordania, en una fecha no especificada del siglo III o IV. No se conocen muchos detalles sobre sus primeros años, excepto que era de origen pagano. A lo largo de su vida, Asterio se sintió atraído por la fe cristiana y, finalmente, decidió convertirse y recibir el bautismo, una decisión que más tarde definiría su vida y su destino.
Vida Cristiana y Martirio
Después de su conversión, San Asterio vivió su fe con un fervor intenso. A pesar de las persecuciones que se estaban llevando a cabo contra los cristianos en ese tiempo, no ocultó su fe y continuó adorando a Cristo, incluso en público.
Cuando el gobernador de la región comenzó a perseguir a los cristianos, San Asterio fue arrestado. En lugar de renegar de su fe, eligió morir como mártir. Fue decapitado, y su cuerpo fue arrojado a los perros, pero según la tradición, los animales no lo tocaron, y los cristianos pudieron recuperarlo y darle una sepultura digna.
Beatificación y Canonización
La veneración de San Asterio comenzó inmediatamente después de su martirio, y pronto se difundió entre las comunidades cristianas de la región. En el proceso de beatificación, se reconoció su martirio como testimonio de fe y fue declarado beato.
La Iglesia finalmente lo canonizó, confirmándolo como santo. Sin embargo, como su canonización ocurrió en los primeros siglos del cristianismo, cuando aún no se había establecido un proceso formal para la canonización, no hay registros detallados de este proceso.
Hoy, San Asterio de Petra es recordado como un valiente mártir que dio su vida por su fe en Cristo. Su historia es un recordatorio del amor profundo y la fe inquebrantable que puede tener un creyente, incluso frente a la persecución y la muerte.