El 16 de mayo celebramos el santoral de San Simón Stock, fiel devoto de Dios y en especial a la Virgen María. Te contamos su historia en la vida religiosa.
La historia de San Simón Stock es un ejemplo de humildad, dedicación y amor hacia la Iglesia y hacia la Virgen María. Nació en Inglaterra en el siglo XII y desde muy joven se dedicó a la vida religiosa, ingresando en la Orden de los Carmelitas, la cual tenía como centro de su espiritualidad la devoción a la Virgen María.
Orden de las Carmelitas
En aquel tiempo, la Orden de los Carmelitas sufría una crisis interna y se encontraba en una situación difícil. Fue entonces cuando San Simón, gracias a su sabiduría y su gran devoción, fue elegido como Prior General de la Orden, cargo que desempeñó con gran acierto y que le permitió llevar a cabo una profunda reforma de la misma.
Devoción a la Virgen María
Pero la figura de San Simón Stock está especialmente ligada a la devoción a la Virgen María. Según la tradición, en una visión que tuvo el santo, la Virgen María le entregó el escapulario de la Orden de los Carmelitas y le dijo: «Este será un privilegio para ti y para todos los carmelitas, el que muera con él no padecerá el fuego eterno». Desde entonces, el escapulario de la Virgen del Carmen se ha convertido en uno de los símbolos más queridos y venerados de la fe católica.
Muerte de San Simón Stock
San Simón Stock murió en Francia en el año 1265 y su cuerpo fue sepultado en la iglesia de los carmelitas en Burdeos. A lo largo de los siglos, su figura y su legado han sido objeto de veneración y admiración por parte de numerosos fieles, y su festividad se celebra el 16 de mayo en todo el mundo católico.
San Simón Stock fue un gran reformador de la Orden de los Carmelitas y un fiel defensor de la devoción mariana, cuya figura sigue siendo un ejemplo de entrega y amor a la Iglesia y a la Virgen María.
