Te contaré la vida de una santa muy especial, Zita de Lucca, cuya festividad se celebra el 27 de abril.
Nacimiento e infancia
Zita de Lucca nació en 1218 en un pequeño pueblo llamado Monsagrati, cerca de Lucca, Italia. Era hija de una pareja humilde de campesinos, quienes, a pesar de su sencillez, eran muy piadosos y dedicados a Dios. Desde temprana edad, Zita mostró una gran inclinación hacia la vida religiosa y se dedicó al servicio de los demás.
Cuando Zita tenía apenas 12 años, fue enviada a Lucca para trabajar como empleada doméstica en la casa de la adinerada familia Fatinelli. A pesar de las dificultades y humillaciones que enfrentó debido a su posición social y laboral, Zita nunca dejó que esto afectara su fe y su amor por Dios.
Devoción y el servicio a los demás
Zita de Lucca era conocida por su diligencia en el trabajo y su devoción a la oración. Se levantaba temprano cada mañana para asistir a misa y se mantenía en comunión con Dios a lo largo del día. Además, se esforzaba por ayudar a los pobres y necesitados, compartiendo su comida y ropa, incluso cuando esto significaba sacrificar sus propias necesidades.
Milagros atribuidos a Santa Zita
Durante su vida y después de su muerte, se le atribuyeron varios milagros a Santa Zita. Uno de los más conocidos es el milagro del pan. Cuenta la historia que, en una ocasión, Zita salió de la casa de los Fatinelli llevando pan para los pobres, algo que no estaba permitido. Cuando la familia la descubrió y le pidió que mostrara lo que llevaba en su delantal, el pan se había transformado milagrosamente en flores.
Muerte de Santa Zita y su canonización
Zita de Lucca falleció en 1272, después de servir a la familia Fatinelli durante 48 años. Su vida de humildad, servicio y devoción a Dios dejó una profunda impresión en aquellos que la conocieron. Su tumba se convirtió en un lugar de peregrinación, y muchas personas afirmaron haber sido sanadas o haber recibido favores celestiales a través de su intercesión.
En 1696, el Papa Inocencio XII la canonizó como santa, y se convirtió en la patrona de las empleadas domésticas y de la ciudad de Lucca. Hoy en día, seguimos celebrando su festividad el 27 de abril y recordamos su vida como un ejemplo de humildad, servicio y amor a Dios y al prójimo.
