Hoy se conmemora la obra de San Juan el Silencioso, también conocido como Juan Sabaíta o Juan Silenciario, cuya entrega al Señor a través de un ferviente servicio episcopado, dio el tiempo suficiente al hermano para retirarse a una labor más tranquila, trabajando como monje para los novicios y dando sin exigencia alguna, las enseñanzas adquiridas en su experiencia, fortaleciendo el vínculo con Dios mediante la oración y el retiro en las silenciosas montañas.
Nacido en la tierra de Armenia, Juan destacaba ante su natural interés por la tranquilidad de la naturaleza, el silencio y la gracia del amor y la paz, estas cualidades le permitieron formar una reputación que atraía discípulos para aprender su ejemplo. Ante la partida de sus padres, Juan decidió tomar con mayor seriedad su camino de paz, inspirándose en el Señor, decide fundar un pequeño convento para recibir a los jóvenes necesitados de guía.
La salvación de San Juan el Silencioso
Con el aumento de sus seguidores, Juan comenzó un legado santificado, ganándose la admiración del pueblo y siendo invitado por las autoridades religiosas para servir como obispo, sin embargo, Juan no sentía suficiente dignidad para llevar a cabo esta tarea, realizándola por obligación y tratando de sobrellevar la carga. Una noche, el Señor iluminaria el camino de Juan, haciéndole abandonar su cargo y caminar sin destino en el desierto, hallando su nuevo objetivo.
El cambio de panorama
En el desierto, la vocación de San Juan daría un giro, encontrándose con un monasterio que le aceptaría sin grandes exigencias, aceptándolo como hermano y permitiendo que sirviera como monje, fortaleciendo su vínculo con el Señor e incluso, recibiendo mensajes durante su meditación. Para San Juan, resulto muy especial ayudar a los que solicitaran su ayuda, realizando intervenciones milagrosas hasta partir en el año 558, satisfecho por su eterno legado.
Santoral del día 07 de diciembre
En este día, también se festejan las vidas de numerosos hermanos religiosos, cuya entrega ante el Señor ha sido majestuosamente inmortalizada por los superiores de la religión católica. Estos son algunos de los santos más destacados:
- San Ambrosio de Milán, Gobernante y doctor de la iglesia
- San Urbano, gobernante obispo
- San Carlos Garnier, compañero mártir