Hoy se celebra la memoria de San Wolfgango de Ratisbona, también conocido como Wolfgang servidor de Regensburg, cuya obra le llevo a conocer al Señor durante sus trabajos como maestro y posteriormente, sentir el ferviente deseo de servir ante la iglesia, lo cual lo convirtió en monje, preparándose para el trabajo episcopal, demostrando dedicación y compromiso constante ante el reino de Dios. Wolfgango Santo, se esforzó en renovar las disciplinas católicas.
Como fiel servidor y orador, Wolfgango se convirtió con el paso de los años, en el protector patrono de diversas entidades, siendo solicitada su intervención en trabajos quirúrgicos, daños cerebrales y complicaciones en la sangre, también se pide por su ayuda en obras para el ganado. San Enrique segundo, se refería a este santo para explicar un ejemplo digno de la responsabilidad y toma de decisiones para cuidar de los suyos, ya que el mismo Wolfgango había instruido a Enrique.
Los inicios de San Wolfgango de Ratisbona
Bajo el cuidado de una humilde familia Suaba, en Alemania, Wolfgang fue educado con valores cristianos y enviado a temprana edad hacia una abadía, con el propósito de fortalecer sus intereses católicos. Por fortuna, el Señor pondría en su camino a un joven llamado Enrique, quien invitaría al joven a estudiar en una escuela en la cual destacaría por sus prodigiosas capacidades intelectuales. En años posteriores, Enrique trabajaría con Wolfgang, convirtiéndole en maestro.
El potencial espiritual del maestro
Wolfgang llamaría la atención de superiores religiosos, quienes le invitarían a servir ante el Señor como director en un monasterio y posteriormente, avanzar como sacerdote. El notable celo por mantener las costumbres religiosas renovar a los fieles, era una cualidad destacada en el camino religioso de Wolfgang, cambiando hábitos irrespetuosos de padres descuidados. Finalmente, partió en el descanso merecido en el año 994, siendo canonizado por León IX, en el año 1.052.