Hoy se conmemora la memoria del Beato Salvador Mollar Ventura, fiel compañero religioso y amoroso protector de los valores espirituales, siendo fiel a su causa y considerado como un humilde padre, cuya obra fue interrumpida durante una época de crisis católica y persecuciones contra los fieles, haciendo que enfrentara juicios y torturas hasta entregar su vida en la gloria del martirio, alcanzando según los historiadores, el amor y redención de sus pecados ante los ojos de Cristo.
Nacido en el año 1.896, Salvador Mollar vino al mundo con extrema pobreza, siendo sus padres trabajadores con apenas ingreso para alimentarse, haciendo que, desde joven, naciera el sentimiento de ayuda caritativa y colaboración, trabajando por comida y dando cualquier ingreso monetario a sus padres. Salvador se encariño rápidamente con los hermanos religiosos de su parroquia, asistiendo los domingos a las misas y pidiendo para ingresar en el camino del Señor.
La aceptación y bendiciones del Beato Salvador Mollar Ventura
El joven Salvador, completamente interesado en las obras del Señor, preparaba anualmente un viaje de retiro hacia los monasterios franciscanos, allí se le ofrece la oportunidad para servir en nombre de Cristo. Con el hábito franciscano formalizado, muchas fueron las personas que fueron en su contra, criticando su decisión al dejar a sus padres sin el suministro económico que brindaba, sin embargo, sus padres aceptaron con gusto la iluminación del joven beato.
El hermoso trabajo ante la partida próxima
La hermosa actitud del beato era contagiosa, cuidaba los conventos donde residía y con suma devoción, servía ante sus hermanos como orador y trabajador. En algunas ocasiones, se podía apreciar al beato entregando limosnas para los niños necesitados, proclamando con alegría el amor del Señor. Finalmente, durante el estallido de persecuciones, Salvador fue arrestado y martirizado, partiendo en el año 1.936, siendo canonizado por Juan Pablo II, en el año 2.001.