Hoy se conmemora la obra del Beato Buenaventura de Potenza, humilde compañero religioso, cuya vida dedico a difundir la Santa Palabra Escrita, declarando de manera fiel y apasionada como presbítero. Unido a una pequeña congregación, ascendió por su magnífico espíritu, demostrando con su ejemplo, una manera elevada para orar y presentar sus respetos ante el Señor, quien le dotaría de dones naturales para transformar a los pecadores.
Nacido en el año 1.651, reconocido también como Carlos, proviene de Buenaventura, siendo hijo de humildes servidores, que le criarían con gracia e interés en la obra del Señor, haciendo del joven un magnifico trabajador, encargado de entregarse a la caridad durante quince años, ofreciendo con la mayor pureza, ayudar al prójimo. Con el permiso de sus padres, se prepara para ingresar en un convento de hermanos religiosos, quienes le recibirían con amor y notarían su fortaleza espiritual.
La nobleza del Beato Buenaventura de Potenza
El camino religioso de Buenaventura se basaba en la total entrega hacia el Señor, superando pruebas que demostrarían el compromiso del beato, obteniendo el sacerdocio con natural fervor. Muchos compañeros religiosos, ofrecieron al bondadoso joven cargos con mayor prestigio, sin embargo, Buenaventura de Potenza rechazaba cualquier ascenso, para mantener su penitencia y dedicación a la oración en buenos términos con Dios, hasta ser ordenado como maestro del noviciado.
El prodigioso trabajo del beato y su reconocimiento
Con visiones del Señor, Buenaventura se entregó al servicio de los enfermos y pobres hasta el fin de sus días, siendo estricto en extremo con sus penitencias e incluso, golpeándose hasta obtener cicatrices, pero mostrándose totalmente amable y tranquilo con los afligidos, dotándoles de amor con sus palabras y convirtiendo a los pecadores con su presencia. Fiel a sus principios, el beato partió en el año 1.711, siendo canonizado por Pío VI, en el año 1.775.