Hoy se conmemora la vida y obra de San Pablo honrado de la Cruz, destacado servidor penitente, entregado al servicio del Señor y la colaboración continua para los necesitados, con quienes compartía todas sus pertenencias, en bien de magnificar la caridad natural de su espíritu y así, fundar una congregación capacitada en el trabajo caritativo y el cuidado de los enfermos. El legado de San Pablo de la Cruz ha sido marcado a través de oraciones en su nombre.
Nacido en el año 1.694, en Génova, el joven Pablo había sido formado con valores nobles y cristianos, siendo sus padres fieles devotos ante el Señor y aumentando la atracción del mismo hacia la iglesia. San Pablo honrado de la Cruz también se inspiró en las lecturas diarias que su padre realizaba, contándole anécdotas maravillosas de santos en la historia, causando que el joven se enfocara en la confesión de sus pecados y la completa penitencia, marcándose un nuevo camino.
Las extraordinarias visiones de San Pablo honrado de la Cruz
Con la intención de servir en guerra, Pablo viaja a Venecia donde encuentra frustración al contemplar la vida militar, retornando a casa y fortaleciendo su oración hasta alcanzar un nuevo nivel de iluminación. El Señor tendría interesantes planes para el joven religioso, le daría visiones de figuras inmaculadas, señalándole indicaciones para crear un convento de renovación espiritual, sin dudarlo y con apoyo oficial de las autoridades católicas, recibe el sacerdocio.
El milagroso don y las plegarias en austeridad
Con el objetivo de otorgar a su futuro convento el régimen de mayor pulcritud, San Pablo honrado de la Cruz estableció reglas novedosas y estrictas, aislándose en una pequeña celda y comenzando el trabajo de su noviciado. La oleada de nuevos seguidores inicio tras un breve periodo de dificultades y Pedro fue nuevamente iluminado por el Señor, prediciendo futuros sucesos. Finalmente, partió en el año 1.775, recibiendo la canonización en el año 1.867 por Pío IX.