Este 28 de septiembre conmemora la vida de San Simón de Rojas, religioso dedicado al oficio presbítero y la curación de almas, siendo un hombre apasionado por el humilde servicio, rechazando toda posibilidad de lujos o intentos de pago a su nombre, preocupándose, además, por los hombres cautivos mientras honraba al Señor bajo las ordenes de la santificada trinidad.
Simón nace en el año 1.552 y siendo de España, el joven destacaría en la comunidad de Valladolid, siendo un niño de magníficos modales y grandes conocimientos, ya que el mismo se encontraba muy interesado en las obras de Cristo, deseando servir al Señor por el resto de su vida. Con un objetivo claro en mente, Simón con doce años de edad ingresa en un pequeño convento, donde se le reconoce por la facilidad para acercarse a la religión.
El reconocimiento real de San Simón de Rojas
Con el merecido reconocimiento, San Simón se convierte en sacerdote en el año 1.572 y su habilidad en el sacerdocio es tal que la corte de España no duda en llamarlo para servir a la realeza, actuando como confesor para la reina Isabel de Borbón, donde se le daría nuevamente la facilidad para hablar del Señor con pasión y natural talento hasta encontrarse con una situación que giraría inesperadamente su carrera.
La respuesta del santo ante la epidemia
Durante su labor en la corte real, un fuerte ataque de peste envolvió al pueblo y cientos de personas requerían ayuda médica y espiritual, por lo que el santo en su noble corazón deseaba ayudar aun si le prohibían volver nuevamente a su cargo, siendo advertido por la realeza. Sin dudarlo, el sacerdote ayudó a todo necesitado hasta fallecer diez días después del estallido en el año 1.624, siendo canonizado por Juan Pablo II en el año 1.988.
