Hoy se celebra la obra de Santa Teresa Couderc, amada virgen dedicada a las fundaciones, logrando la unión de los fieles bajo la Congregación de Hermanas Servidoras por el Retiro. Nacida en el año 1.805, en la comunidad de Mas de Sableres en Francia, siendo una niña cuyo nombre dado en el bautizo fue María Victoria, la cual siempre recibió educación cristiana y numerosas historias sobre la obra del Señor, haciendo que esta sintiera inevitable atracción por la iglesia.
En la primera comunión de la niña a los diez años de edad, recibió con alegría y entusiasmo la bendición de Cristo, fortaleciendo su fe y acercamiento a los santos. Con veinte años de edad la joven tomaría una decisión definitiva en servir al Señor tras conocer al Padre Terme, un reconocido religioso y fundador de una comunidad cristiana cuyo propósito se enfocaba en la cura y ayuda espiritual para los necesitados.
La toma de hábitos de Santa Teresa Couderc
El trabajo del Padre Terme inspiraría a la ahora madre Teresa en colaborar en nombre del prójimo, llevándole a tomar oficialmente los hábitos de hermana en el año 1.826, haciendo además un trabajo destacado en la curación espiritual y el fortalecimiento de fe en los demás, inspirando amor y nobleza a su alrededor. Los años pasarían y el Padre Terme, consciente de su próxima partida vería en la hermana Teresa una digna sucesora para continuar su labor.
El inconveniente y la humildad de la virgen
La madre Teresa, sin el fundador de la congregación, busca la manera de mantener a flote la compañía, consiguiendo apoyo de superiores y resistiendo marginaciones de hermanas que llevarían la orden hasta el declive. Recibiendo finalmente el justo reconocimiento antes de su partida en el año 1.885, la virgen fue canonizada por el papa Pablo VI en el año 1.970.