En esta fecha se recuerda la vida de Santa Catalina Fieschi, amada patrona de todos los hospitales italianos, siendo una mujer que construyo un legado repleto de obras de caridad, amor por el necesitado y comprendiendo las necesidades de la comunidad al momento que rechazaba los placeres estrafalarios y mundanos del mundo, también se expresaba ante el Señor con muestras de penitencia y ayuno continuo.
Nacida en el año 1.447 en Italia, la niña vendría al mundo como la quinta hija de un matrimonio noble y seria nombrada como Caterinetta, siendo reconocida en un futuro como Catalina y mostrando interés en la religión desde temprana edad, pero su verdadero inicio en la iglesia se daría desde sus trece años, siendo influenciada por una de sus hermanas y el confesor del convento para tomar los hábitos de monja.
El cambio de vocación para Santa Catalina Fieschi
Lastimosamente por la edad de Catalina, el padre confesor rechazo su intento para entrar en el convento, haciendo que esta contrajera matrimonio a los dieciséis años de edad, ganando una serie de infortunios ya que no hallaba amor en el casamiento arreglado y haciendo que busque placeres mundanos para satisfacerse. En todos sus años de matrimonio, la joven siempre había conservado el recuerdo del Señor, quien le iluminaria en un nuevo camino.
La iluminación necesaria en la vida de Catalina
Por obra de Jesucristo, la santa recibió fuertes mensajes de amor que iluminaron su alma hasta tomar la decisión de retirarse junto a su esposo a una humilde casa, sirviendo para un hospital en la comunidad como enfermera y cuidadora espiritual. El amor por la caridad hizo que Catalina empleara todas sus fuerzas en cuidar al necesitado hasta partir en el año 1.510, siendo canonizada por el papa Clemente XII en el año 1.737.