Hoy se conmemora la obra de San Gabriel Taurino Dufresse, una figura de autoridad religiosa cuyas acciones como obispo para la comunidad de Chengdu, China, le llevaron a conocer un destino fatídico ante un tribunal que le juzgo por su postura religiosa, siendo atacado de manera nefasta y martirizado por sus más de cuarenta años en servicio para la iglesia. Durante su detención el mismo rechazo toda oportunidad de negación ante su fe, mostrándose firme hasta su final.
Nacido en el año 1.750, el santo recibió una formación académica magistral, siendo elocuente, inteligente y veloz para comprender los escritos sagrados. Las habilidades del joven Gabriel le llevaron a tomar la vía del Señor y convertirse en uno de los mejores sacerdotes que la comunidad podía presenciar, haciendo también un trabajo admirable como misionero hasta ser enviado por voluntad propia a la tierra oriental, tomando en china diversos trabajos en la conversión espiritual.
La acusación y entrega de San Gabriel Taurino Dufresse
Durante siete años el padre dio sus enseñanzas con pasión y dedicación para la comunidad en Szechuan hasta ser acusado de difundir calumnias que desafían las tradiciones, haciendo que Gabriel, sin alternativas se vea en la necesidad de esconderse por diversos territorios hasta entregarse para salvar a otros misioneros. Tras su captura en el año 1.785, fue deportado junto a otros predicadores extranjeros y tiempo después volvería a China, predicando en Pekín.
El cambio en la comunidad
Aproximadamente, San Gabriel fue ejecutado en el año 1.815 y, sin embargo, antes de su ejecución logro convertir a cientos de prisioneros y ganar el respeto de los guardias, los cuales veían al padre de ya avanzada edad como una figura admirable e incluso algunos pedían su consejo lleno de sabiduría. Finalmente fue canonizado en el año 2.000 por el papa Juan Pablo II.