Hoy se conmemora la vida de Santa Teresa de Jesús Jornet, bondadosa virgen dedicada al trabajo asistente para las personas de tercera edad, fundando un hogar de cuidados rodeada de ejemplares benefactores. El pasar de los años convirtió las obras de Santa Teresa en un motivo para pedir en su nombre, siendo la patrona de los ancianos y creándose plegarias para rendir tributo por su bondad, protección y colaborador espíritu.
Nacida en el año 1.843 en España, recibió magníficos valores de su familia, aprendiendo sobre los trabajos domésticos y al cumplir la edad adecuada, inicio sus estudios universitarios en docencia, manteniendo un estrecho contacto con la religión al confesarse cada semana, mostrando el compromiso que poseía hacia el Señor.
El devoto camino de Santa Teresa de Jesús Jornet
La actitud de la hermana Teresa era pulcra, muchos intentaron invitarla a colaborar en diversos actos fundadores, incluido su tío, el padre Francisco de Palau donde pese a cortejar a la santa, esta deseaba tomar un camino de oración en tranquila comunión. Las reflexiones de Teresa la hicieron considerar una opción favorable para ella y los demás, ingresando en el convento de Briviesca, haciendo de Clarisa y conociendo un grupo de sacerdotes a cargo de un proyecto memorable.
La obra en favor de los ancianos y la negación al reconocimiento santo
Inspirada por el proyecto de sacerdotes que cuidaban ancianos, la madre se embarca en compañía de su hermana y algunas contribuyentes más para crear una casa de ayuda geriátrica, obteniendo la ayuda de doce mujeres inicialmente. La fundación se extiende de manera exitosa al tratar a los ancianos en un espacio familiar y cálido bajo el liderazgo de Teresa, quien se negaba a ser reconocida. Partiendo en el año 1.897, fue canonizada por Pablo VI en el año 1.974.
