Hoy se conmemoran las obras de Santa Rosa de Lima, ejemplar virgen cuyos actos nobles desde niña le hacían destacar, contando con una fuerte necesidad de cuidar a los necesitados. La fe y buenos deseos la consagraron ante el Señor bajo la Orden de Hermanas Terciarias de Santo Domingo, asumiendo responsabilidades y constante oración hasta intentar asumir el sufrimiento ajeno en bien del prójimo.
El pasar de los años convertiría a Santa Rosa en la patrona de algunas partes del mundo como Suramérica y Perú. Los fieles solicitan su intervención en el campo de la jardinería, botánica y florerías, buscando la iluminación de la misma con las embarazadas, las lesiones y el surgir de sarpullidos. La llegada de Santa Rosa en el año 1.586 la volvería una señal de esperanza tras una terrible temporada de martirios y persecuciones injustas contra los seguidores del catolicismo.
La penitencia de Santa Rosa de Lima
Luchar contra las tentaciones y evitar que las personas a su alrededor fueran víctimas de las mismas era una pasión destacable en Santa Rosa, desde su infancia realizaba daños en su cuerpo para desfigurar su rostro al usar barro, y clavarse espinas en señal del sacrificio de Cristo, la desfiguración le permitía evitar que se fijaran en ella y así preparar su alma para combatir el orgullo y la vanidad mediante humildad, rechazo a las comodidades y cumplir los designios de sus padres.
Los hechos sobrenaturales en la vida de Rosa
El alma de Santa Rosa se encontraba comprometida con el Señor hasta mostrar dotes extraordinarios, luchando contra las constantes persecuciones de familiares y conocidos hasta entregar su vida en el año 1.617, siendo víctima de una enfermedad. El papa Clemente X canonizo a Rosa tras confirmarse los dotes sobrenaturales de la joven en el año 1.671.