Este 20 julio se conmemora al beato Luis Novarese, servidor presbítero entregado a su honrosa labor quien participó activamente en la fundación de la congregación: Silenciosos Obreros de la Cruz. Nacido en el año 1.914, en Italia, Luis resistió desde niño fuertes enfermedades y sufrimientos, con apenas nueve años de edad cayo en el año 1.923 y quedo inmóvil, siendo considerado para dormirlo permanentemente por los doctores.
Contra todo pronóstico, en el año 1.931 Luis recibió un magnifico regalo, su sanación milagrosa e instantánea al pedirle a María Auxiliadora. Inspirado y agradecido por tan impresionante acto, prometió entregarse en cuerpo y espíritu en la ayuda de los enfermos. La sanación de Luis destaco de tal forma que fue añadida a la prensa católica en septiembre del mismo año, notándose que al joven le quedo una secuela, una pierna levemente más corta que la otra.
La obra inicial del Beato Luis Novarese
En el año 1.938, Luis consigue el sacerdocio en Roma, comenzando sus primeros años de labor en las parroquias de San Saturnino y Santos Patrones de Roma mientras se preparaba para obtener su título en teología, ampliando su formación académica y mostrándole a los demás su inteligencia y dedicación, habilidades que serían apreciada por el mismísimo vaticano. Viéndose envuelto en deberes hospitalarios, obtuvo el título de Monseñor, trabajando con los enfermos.
Un legado inspirador para los discapacitados
Monseñor Luis Novarese creía firmemente en el progreso de las personas con limitaciones físicas, pese a tantos deberes nunca aparto su corazón de aquella promesa realizada tras su curación, logrando realizar fundaciones y retiros para todo aquel enfermo, apoyándoles en la guía espiritual e invitando a todos los involucrados a ser activos en la sociedad. Con setenta años de edad, el beato parte en el año 1.984 y es beatificado por el papa Francisco en el año 2.013.