Hoy se celebra la obra de San Gregorio Barbarigo, santo obispo que realizo una tarea ejemplar en la formación religiosa para los clérigos de Venecia, educando a los niños sobre el catecismo y trabajo en la apertura de múltiples escuelas al tiempo que se mostraba comprensivo con los demás y se exigía al máximo así mismo. Nacido en el año 1.625, en Italia, es un hijo noble de linaje antiguo que recibió la formación educativa en su ciudad natal.
Con apenas veinte años de edad, el gobierno de su país lo selecciono para convertirse en el acompañante del embajador Luigi Contarini, viajando a Münster donde los representantes de múltiples países se encargarían de firmar el ansiado tratado de Westfalia, logrando en el año 1.648 detener la Guerra de Treinta Años. En la estadía de Barbarigo durante el tratado, conoció a Fabio Chigi quien se impresionaría con el joven y le tendría gran estima.
La magnífica y misericordiosa obra de San Gregorio Barbarigo
Los apoyos de Fabio Chigi quien posteriormente pasaría a llamarse Alejandro VII, sumado a la disciplina de Gregorio Barbarigo, dieron sus frutos en el año 1.657 cuando el Papa lo nombra obispo para Bérgamo y posteriormente es ascendido a cardenal, para 1.660 cumple sus deberes con un nivel casi perfeccionista, destacando en el trabajo pastoral y las obras que se le encomendaban.
El brillante propósito del santo
La labor de Barbarigo se extendió al campo educativo, fundando un colegio y posteriormente un seminario que obtendría gran prestigio con el paso de los años gracias a su dedicación en el material que surtía personalmente. La vida del santo finalizo de forma tranquila en el año 1.697 y su obra seria reconocida como milagrosa, siendo canonizado por Juan XXIII en el año 1.960.
