Hoy se conmemora la vida de San Guillermo Fitzherbert, reconocido obispo que mostró una actitud amable y bondadosa, aún en tiempos de acusaciones injustas, enseñando un ejemplo de favor y perdón para sus enemigos. Cómo hijo de una hermanastra del Rey Esteban, desde joven aprendería el oficio de tesorero en la gran iglesia de York, donde a pesar de no cumplir un trabajo excepcional, gozaba de gran popularidad por su simpática forma de tratar a las personas.
Con la muerte del arzobispo en la iglesia de York, la elocuencia y popularidad de Guillermo lo haría apto para tomar el cargo en el año 1.140, sin embargo, el archidiácono de York junto a algunos abades inconformes con la elección, conspiraron para evitar que se le diera el puesto acusándole de serías faltas de castidad e intromisión llevando el caso hasta Roma donde gracias al Papa Inocencio, el santo recibiría su cargo justamente.
El inocente descuido de San Guillermo Fitzherbert
Guillermo tendría grupos de fieles y opositores a la vez, quienes esperaban algún descuido del santo para acusarle y destituirlo. La oportunidad para los detractores vendría con el error del inocente arzobispo, olvidando la preparación para recibir de forma apropiada el palio del Papa, asunto que llevaría a su suspensión y causaría disturbios por la mano de sus seguidores, hundiendo con mayor impacto la reputación de Guillermo.
El regreso milagroso y su reconocimiento
San Guillermo lograría volver a su iglesia y recuperaría exitosamente el palio, siendo recibido por tantas personas en un puente que cedería y se rompería, por el milagro y súplica del santo, ningún herido surgió del accidente. Trabajando para reparar los daños de sus seguidores y perdonando a sus acusadores, fallecería en el año 1.154 y sería canonizado por Honorio III en el año 1.226.