San Dimas es conocido como el Buen Ladrón en los relatos de los Evangelios, y se le atribuye ser el primer santo de la Iglesia.
El Buen Ladrón
De acuerdo al Evangelio según San Lucas, cuando Jesús fue crucificado estaban a cada lado unos hombres que habían sido condenados por ser ladrones.
Uno de ellos acusaba a Jesús, mientras que el otro, que era el que estaba a su derecha, si lo reconoció como el Hijo de Dios.
Ese que lo reconoció era San Dimas, quien se cree que nació hacia el año 10 en Galilea. No se cuenta con más información acerca de este hombre, aunque en los Evangelios apócrifos se narra que cometía una serie de fechorías y por eso fue condenado. Además, también están los nombres de sus padres que fueron Eva y Lucio.
En ese momento, Jesús le dijo que estaría con Él en el paraíso desde el instante de su muerte, de manera que fue reconocido por el Hijo de Dios como santo.
Tener una gran fe
San Dimas murió en el Calvario junto a Jesús, hacia el año 33, y se instauró su festividad el 25 de marzo para conmemorar a ese hombre que tuvo un profundo acto de fe.
El mismo Señor Jesucristo le perdonó los pecados y todo lo malo que había hecho, además, lo premió por haberlo reconocido como su Salvador.
De manera que todos debemos ser como San Dimas, que podemos acercarnos a nuestro Dios sin temor de lo malo que hayamos hecho, y reconociendo que Él es sobre todos nosotros.
San Dimas no fue canonizado de manera oficial por algún Papa de la Iglesia Católica, pero se le reconoce como Santo por el hecho de que Jesús lo nombró así en el momento de su crucifixión y aparece en el Martirologio Romano.