San Olegario fue un obispo que vivió durante finales del siglo XI y que es venerado como santo por la Iglesia Católica y celebrada su festividad cada 6 de marzo.
Educación de calidad
San Olegario nació hacia el año 1060 en Barcelona, España en una familia noble. Su madre era descendiente de la nobleza goda y su padre era el secretario del conde de Barcelona.
Tanto su madre como su padre garantizaron que tuviera una excelente educación, por eso cuando cumplió 10 años lo enviaron a recibir las enseñanzas en la catedral por parte de los canónigos.
Allí se preparó para ser nombrado sacerdote, tanto así que se especializó en diferentes temas espirituales. Era un hombre humilde y muy perfeccionista, por eso, cuando muere el obispo de Barcelona, fue el primer nombre que surgió para ser su sucesor.
De manera que fue nombrado Obispo en el año 1116, cargo que ejerció con la total responsabilidad que ameritaba, siendo un buen pastor.
Servicio a Dios
Posteriormente fue nombrado Arzobispo de Barcelona, luego de haber ocurrido la reconquista de Tarragona.
Al haber sido un hombre de buena preparación intelectual, contaba con muchas influencias en su época, y además era un buen consejero para los que estaban a su alrededor.
Una de sus obras que destacan es que fue partícipe de la renovación de la Iglesia, y trató de recuperar el poder civil que se le había quitado de manera que fuera más independiente.
Fue un obispo muy sabio, asistió a una variedad de concilios, era muy piadoso, unido al pueblo y fiel a los estatutos eclesiásticos, y por eso es muy recordado.
San Olegario murió el 6 de marzo de 1137 en Barcelona, luego de haber dedicado su vida al servicio a Dios como un fiel obrero.
San Olegario fue canonizado por el Papa Clemente X el 25 de mayo de 1675.