San Etelberto de Kent fue un rey muy poderoso e influyente en su época, que se convirtió al cristianismo y colaboró grandemente con la iglesia para construir templo y lograr la conversión del pueblo.
Un rey joven
San Etelberto nació en la familia real de Kent hacia la mitad del siglo V. Se casó con una princesa llamada Berta, hija del rey de los Francos, y era abiertamente cristiana.
Esto a él no le importó, y la dejó practicar su fe sin problemas. De manera que Berta decide integrar a un obispo a su corte.
A pesar de que su esposa demostraba grandes señales de piedad y virtudes cristianas, San Etelberto no se convirtió al cristianismo sino hasta que llegó la misión de San Agustín de Canterbury al pueblo, por órdenes del Papa Gregorio I Magno.
Misioneros en el pueblo
San Etelberto no les tenía mucha confianza, por eso se reunió con ellos ya quería escucharles personalmente y al aire libre para evitar que hicieran algún tipo de brujería. Después de esto, les dio permiso de predicar en el pueblo y que estuvieran en la iglesia.
La gente empezó a convertirse, y el rey finalmente hizo lo mismo, hacia el año 601, y luego de su conversión muchos de sus súbditos hicieron lo mismo.
Como rey proclamó una serie de leyes en donde se puede apreciar una profunda base en principios cristianos. Además, ordenó que se reconstruyeran las iglesias viejas, y mandó a edificar nuevas iglesias.
Se caracterizó por su nobleza en dejar que sus súbditos se convirtieran voluntariamente, y se enfocó en mejorar la calidad de vida de ellos. Cedió tierras al arzobispado y también fundo obispados.
San Etelberto murió el 24 de febrero de 616, luego de haber reinado por varios años y haber trabajado de manera ferviente en conjunto con la iglesia.
