San Francisco de Sales fue un clérigo francés que es venerado como santo por la Iglesia Católica.
Familia noble
San Francisco de Sales nació el 21 de agosto de 1567 en el Castillo de Sales, en Francia, procedente de una familia noble.
Fue un niño muy estudioso, y aprendió una gran cantidad de materias como latín, retórica, griego antiguo, teología y filosofía.
Ingresó a la Universidad de la Sorbona donde estudió cursos de arte, y demostró un gran interés por la teología. En el otoño del año 1588 se dirige a la Universidad de Padua para estudiar derecho, y allí comenzó a buscar dirección espiritual.
Desde muy joven recibió la enseñanza cristiana por parte de su madre, y así escogió servir a Dios, por lo que tomó la decisión de renunciar a todos los títulos de nobleza y dedicar su vida a su fe.
Rechazó la vida mundana y decide llevar una vida austera. Luego de dos años de estudio obtuvo su doctorado en derecho civil y canónico.
Servidor fiel
El 10 de mayo de 1593 se puso su sotana, y en junio de ese mismo año fue nombrado diácono. Se dedicó a visitar presos y enfermos, y en diciembre fue ordenado sacerdote.
Fue un hombre muy fructífero en la obra del catolicismo, ya que predicó varios sermones, logró conversiones, escribió tratados, fundó obras, publicó libros, fue director espiritual de varios fieles, y fue enviado a numerosas misiones diplomáticas.
Trabajó fielmente en el apostolado, y era muy reconocido por su amabilidad con todos, por lo que dejó un gran testimonio sobre la vida cristiana. Murió en Lyon, el 28 de diciembre de 1622.
San Francisco de Sales fue beatificado el 8 de enero de 1663 por el Papa Alejandro VII, y posteriormente canonizado el 19 de abril de 1665 por él mismo. El Papa Pío IX lo nombró Doctor de la Iglesia en el año 1877.
