Santa María de la Rosa fue una religiosa italiana conocida por sus labores de caridad y trabajos como enfermera, también por ser la fundadora de la Comunidad de las Siervas de la Caridad.
Amor por la caridad
Santa María de la Rosa nació en el año 1813 en Brescia, una ciudad de Italia. Cuando apenas tenía 11 años quedó huérfana de madre.
A los 17 años su padre quiso que se casara con un joven, pero ella se negó y acudió donde el párroco para que la ayudara.
El santo varón de Dios fue a hablar con su padre y le contó que su hija estaba muy determinada a consagrarse a las obras de caridad.
Su padre aceptó y posteriormente la apoyó en sus obras de caridad, aunque a veces consideraba que eran demasiado atrevidas.
Santa María de la Rosa se encargó de realizar varias obras donde fundó asociaciones para formar a las mujeres, por lo que se dedicó a organizar retiros y misiones especiales para mujeres en su parroquia.
Cuando llegó la peste de cólera a la población, Santa María de la Rosa quiso atender a los militares en los hospitales y se asoció con una viuda que tenía experiencia en enfermería.
Fundación de obras
Tras esta epidemia, quedaron muchas niñas huérfanas, por lo que Santa María de la Rosa decidió fundar un internado para niñas huérfanas y muy pobres. Posteriormente fundó un instituto para niñas sordomudas.
En 1840 fundó la Congregación de las Siervas de la Caridad con el propósito de brindar asistencia sanitaria y educativa.
Se encargaban de atender a los abandonados y a los enfermos, y en el año 1850 recibió la aprobación por el Papa Pío Nono.
A sus 42 años ya sufría de una salud deteriorada, por tanto trabajar para los pobres y enfermos. El 15 de diciembre de 1855 sufrió un ataque y pasó a la eternidad.
Fue canonizada por el Papa Pío XII el 12 de junio de 1954.