San Ambrosio de Milán fue un obispo y doctor de la Iglesia, es considerado como uno de los Padres de la Iglesia Latina.
Instrucción jurídica
Ambrosio nació en el año 340 en Tréveris, en una familia noble romana. Perdió a su padre cuando era muy joven, y su madre decide llevarlo a Roma para que se preparara en la carrera civil.
Consiguió trabajar bajo las órdenes del prefecto Sexto Petronio Probo, que era muy reconocido, y en el año 372 lo envió a Milán a la sede de la provincia.
Luego de la muerte de Auxentius en el año 374, Ambrosio acudió a la elección en la basílica, y al ser un prefecto muy respetado y estimado por todos quisieron postularlo para la sede episcopal.
Ambrosio se negó por ser todavía catecúmeno y alegar que no estaba suficientemente preparado, pero el emperador lo motivó y finalmente se decidió.
Un obispo estudioso
Recibió el bautismo, fue ordenado diácono y sacerdote, y se dedicó a adquirir conocimientos sólidos en cuanto a la teología y a la Biblia.
Al haberse dedicado al estudio y tras profundas meditaciones en la Palabra de Dios, logró nutrir grandemente su principal actividad, que era la predicación.
De hecho, sussermones impresionaron a San Agustín, que cuenta en sus Confesiones que Ambrosio tenía una gran elocuencia y era muy eficaz.
Le gustaba mucho enseñar cantos litúrgicos a su congregación, por lo que otra de sus obras fue la creación de nuevas formas litúrgicas, que es el rito Ambrosiano que todavía se practica en Milán y promovió el culto a las reliquias.
A San Ambrosio se le atribuye el haber introducido el canto alternado de los salmos en occidente.
San Ambrosio murió el 4 de abril de 397 en Milán, y fue proclamado Doctor de la Iglesia el 20 de septiembre de 1295 por el Papa Bonifacio VIII.