San Lorenzo O’Toole fue un arzobispo de Dublín que se caracterizó por su gran generosidad y caridad con el pueblo, así como por llevar una vida ejemplar.
Un joven devoto
Lorenzo nació en Irlanda en el año 1128 en una familia que poseía uno de los castillos más importantes de esa época.
Cuando Lorenzo tenía 10 años, fue tomado como rehén por el rey de Leinster, que era un enemigo de su padre. El joven recibía muchos maltratos y por lo tanto su padre decidió secuestrar a doce capitanes del rey como condición para que liberara a su hijo.
El rey aceptó, y llevó a Lorenzo a un monasterio, donde sería entregado a su padre una vez que liberara a los capitanes.
Sin embargo, a Lorenzo le gustó mucho la vida del monasterio, y le pidió a su padre poder quedarse viviendo allí ya que sintió una especial atracción por tener una vida de oración, lectura y meditación; lejos de las guerras y batallas.
Lorenzo entonces logró ser un monje muy respetado en el monasterio por llevar una vida religiosa dedicada. Posteriormente se ordenó como sacerdote y luego fue elegido como superior del monasterio.
Arzobispado
Luego de la muerte del arzobispo de Dublín en el año 1161, San Lorenzo fue escogido como su sucesor y nombrado para la sede vacante en 1162.
Era un hombre muy generoso, ya que todo el dinero que recibía por el arzobispado lo destinaba para ayudar a los más necesitados.
También se encargó de cumplir todas sus obligaciones con la mayor responsabilidad posible, y entre sus labores se encargó de embellecer los templos y hacer que los sacerdotes fueran los mejores con respecto a sus deberes.
Viajó a Normandía a buscar al rey, pero por causa del agotamiento y del clima tan frío llegó muy enfermo, y murió el 14 de noviembre de 1180.
San Lorenzo O’Toole fue canonizado por el Papa Honorio III el 11 de diciembre de 1225.
