San Frutos fue un eremita hispano, conocido también como San Frutos pajarero, que es venerado también junto a sus hermanos Santa Engracia y San Valentín.
Una familia religiosa
Frutos nació en el año 642 en Segovia en una familia acomodada con profundas convicciones cristianas, ya que sus padres se encargaron de guiar a sus hijos Frutos, Engracia y Valentín por el camino de Dios.
Sus padres murieron mientras eran jóvenes, por lo que los hermanos tomaron la decisión de repartir los bienes familiares entre los más necesitados, y juntos deciden hacer un cambio de vida para dedicarse a la oración y a la penitencia en soledad.
Se trasladaron a la orilla del río Duratón y establecieron tres ermitas alejadas y separadas entre sí para poder dedicarse a la comunión con Dios, que era lo único que querían hacer.
Mártires
Luego del estallido de la revolución musulmana, San Frutos quiso intervenir de alguna manera por causa de su deseo de servir a Dios, y procuró la conversión de los mahometanos que se le acercaban.
A San Frutos se le atribuyen una serie de milagros, y fue protagonista de varios hechos sobrenaturales. Murió a los 73 años en Carrascal del Río en el año 715 y fue enterrado por sus hermanos en la ermita de San Frutos
Posteriormente, sus hermanos son decapitados por los sarracenos y luego son enterrados junto al cuerpo de Frutos.
Los cuerpos de estos santos permanecieron en la ermita de San Frutos desde el siglo VIII hasta el siglo XI, y luego de varias remodelaciones a la Catedral son depositados en la nueva edificación para ser venerados por los cristianos segovianos, y en la actualidad son venerados como reliquias.
San Frutos es el patrón de la Diócesis de Segovia y se celebra cada 25 de octubre con una romería a la ermita San Frutos.