De acuerdo a muchos textos del Nuevo Testamento, un personaje destaca entre los nombres que son nominados en las Sagradas Escrituras. Usualmente se lo conoce como Santiago el Mayor, aunque también es nombrado, de acuerdo a la tradición y al libro que nos ocupa, también es nombrado como Santiago o Jacobo de Zebedeo. Fue uno de los apóstoles de Jesús de Nazaret. Su fecha de nacimiento es usualmente colocada en el año 5 antes de nuestra era, un Betsaida, Galilea. Su padre fue Zebedeo y su madre, Salomé.
Se dice que toda su familia fue sumamente cercana a Jesucristo, siendo su padre y su madre, seguidores muy cercanos a él. Santiago también tendría un hermano conocido como Juan, quien tendría un papel muy cercano en los acontecimientos que estarían por venir de la mano de Cristo. Fue Santiago el Mayor, sin embargo, un santo que estaría muy cerca de Jesús de Nazaret, al punto de convertirse en parte de sus doce apóstoles. Jesús le daría el apodo de “Boanerges”, el cual significaría “Hijo del Trueno”; esto se debería al carácter impetuoso que destilaría, sea a la hora de evangelizar o a la hora de luchar por su fe.
Santiago el Mayor fue también testigo de tamaña cantidad de hechos registrados en el Nuevo Testamento. Atestiguó el renacimiento de la hija de Jairo. También observó la transfiguración de Jesús, o su retiro en oración en el huerto de Getsemaní. Asimismo, cuenta la leyenda que fue testigo de otras apariciones de Jesús luego de su muerte y resurrección.
Las leyendas medievales dicen que, antes de su retiro y martirio en Jerusalén, Santiago el Mayor pasó por Hispania, evangelizando a muchos hombres. Esto lo convierte, finalmente, en Santo Patrono de España.
Muere en el año 44, en Jerusalén, Judea. Es ejecutado por la orden del rey Herodes Agripa I.