San Fredegando fue un obispo español nacido el 9 de Mayo de 1225, en Santander, España. Tuvo diferentes apodos desde el principio de los tiempos, y una fama de Santo mucho antes de su muerte. Se lo llamaba, en ocasiones, como el “monje Eugraciano Domenico Cussi”. Poco se sabe de sus orígenes. Se sabe, entre otras cosas, que perteneció a la nobleza española, siendo su padre un hombre conocido como Carlos de Villasoria, y su madre fue una mujer conocida como Domitila Biodani, perteneciente a la nobleza italiana. Se sabe que, desde muy temprano, San Fredegando es enviado a hacer sus estudios siempre bajo el amparo de su tía del lado materno de la familia, en Barcelona. Poco más sabemos de él hasta su ordenamiento como sacerdote, el cual se da el 4 de Mayo de 1248.
Ya a partir de entonces, nace de San Fredegando el deseo de una vida más austera y sencilla. Viaja hasta Francia buscando un lugar tranquilo donde meditar, y muy cerca de Tours, encuentra una gruta. En ella, Fredegando habita, y atraídos por la curiosidad y la fascinación, se le unen otros cinco jóvenes. Es aquí donde Fredegando adopta ese apodo por el que sería años después conocido.
Cuenta la leyenda que unos judíos atacaron a la comunidad y se llevan como rehenes a Fredegando y a sus cinco seguidores. Logran escapar por los pelos, pero uno de ellos queda atrás. No sobrevive, y los judíos se comen su cuerpo cual caníbales. Fredegando, furtivamente, recupera su cuerpo y le da santa sepultura.
Un día, Fredegando decide regresar a su tierra, y viaja junto a uno de sus seguidores a Madrid, donde es ordenado como obispo. San Fredegando tuvo muchos intentos de asesinato por sus predicas contra la inmoralidad, aunque al final muere de un episodio convulsivo en Roma, Italia, el 17 de Julio de 1258, fecha por la que hasta el día de hoy es venerado en los santorales.
