Santa Olga de Kiev fue una regente eslava y santa venerada por la Iglesia Católica, cuya festividad se celebra todos los 11 de Julio de cada año.
Nació en algún punto del año 890 de nuestra era, en Pskov, una ciudad de lo que hoy conocemos como Rusia. En su momento, fue esposa de un gran señor conocido como Igor de Kiev. Igor fue asesinado por drevlianos, dejando a una Olga viuda y con un heredero de 3 años en brazos.
En vista de la juventud de su heredero, Olga se ve obligada a ocupar el cargo de regente de Rus de Kiev entre el 945 y el 960 de nuestra era. Sus pretensiones estuvieron muy cargadas de polémicas. Desde un principio, los adversarios de su esposo quisieron casarla con un príncipe de su bando.
Por supuesto, Santa Olga de Kiev se negó a ello. Su preocupación estribaba en que su hijo heredara el trono de los eslavos. Permitirles aquello a los enemigos de su esposo fue algo inadmisible para ella.
Para resolver esta treta, Santa Olga de Kiev organizó una serie de tretas que desembocaron, primero, en la quema de los hombres más inteligentes de los drevlianos. Seguidamente, siguió con un asalto contra la ciudad capital de los drevlianos. Ya con esto, este pueblo terminó por formar parte del Rus de Kiev regentado por Olga.
Olga es famosa por ser la primera en introducir el cristianismo en tierras eslavas, que hasta el momento seguían todavía muchas de las costumbres paganas. Su bautismo se hizo en Constantinopla, bajo el reinado del emperador Constantino VII. En honor de la Emperatriz Elena Lecapena, Olga escoge como nombre cristiano el de Yelena.
Aun pese a sus grandes intenciones de introducir el cristianismo a Rus de Kiev, esto no lo lograría sino su nieto, San Vladimiro I de Kiev.
