San Paladio de Escocia fue un santo y obispo nacido en la Galia del siglo V. Debido al pasar de los tiempos, muy poco conocimiento se tiene de la fecha de su nacimiento; empero, se sabe que esta puede ubicarse, según historiadores, entre los años de 408 y 431 de nuestro tiempo. Fue uno de los primeros obispos de Irlanda, antecediendo al mismísimo San Patricio. Diferentes congregaciones de la cristiandad lo veneran como santo.
Se dice comúnmente que nació en la Galia, muy posiblemente en un lugar conocido como Yonne. Fue diacono de una abadía muy importante de Auxerre. Fue descendiente de un prefecto del pretorio de la Galia, quien murió en uno de los motines de Arles en mediados del siglo V. Se sabe que tuvo esposa e hija, pero bajo la influencia de otro monje muy relevante de su tiempo, escoge una vida de santidad y austeridad en Sicilia. Su hija es incorporada a un convento allí. Su ordenación se daría tiempo después, viviendo en Roma un par de años.
El problema de los paganos en Britania del siglo V fue un motivo de preocupación muy intensa para el Papa Celestino. En principio, para resolver esto, Su Santidad ordena que Germán de Auxerre se encargue de convertir a los bretones a la fe cristiana. Sin embargo, bien sucede que los intereses de su tiempo hicieron que tales tareas recayeran sobre San Paladio de Escocia.
Se dice que el Papa le envió a Irlanda a ejercer la tarea de convertir a los paganos de ese tiempo. Sin embargo, la tradición cuenta que, por un destierro, su tarea se limita en Escocia, donde dirige un convento durante dos décadas de manera incansable.
San Paladio de Escocia fallece en algún punto de ese mismo siglo, muy posiblemente en el Monasterio de Fordoun, en la misma Escocia.
