San Ramón de Roda fue un obispo, confesor real y santo nacido en Durban, sur de Francia, muy cerca de los Pirineos, en el año 1067 de nuestro tiempo. Fue, como muchos santos de su tiempo, hijo de la nobleza local, naciendo con el nombre de Raimon Guillem. En principio, San Ramón sería estimulado a tener una carrera militar, al igual que el curso de importantes estudios. Sin embargo, nuestro santo poco o nulo interés tendría en esto, iniciando estudios monásticos desde muy joven. Estos tendrían lugar en el Monasterio Agustino de San Antonio de Fréjoles.
En el año 1100, San Ramón de Roda llegaría a prior de la Iglesia de Saint-Sermin. En esta, destacarían sus labores al punto de que, años después, se lo consideraría como como candidato del obispado de Barbastro-Roda. Esto se haría bajo estimulo del rey Alfonso I de Aragon, quien, de alguna forma, buscaría acabar con las intenciones de otros obispos por anexar esa región a sus propias jurisdicciones. Esto ocurre en 1104.
Aun pese a su buena relación inicial, por alguna razón, San Ramón de Roda no dejaría de tener conflictos con uno de esos obispos (Esteban de Huesca) y el mismísimo rey (Alfonso I). Ramón tendría el apoyo papal de su momento, aun pese a las intenciones de sus recientes adversarios para deponerlo. Aun pese a declaraciones papales, Ramón es obligado por Alfonso I a abandonar el territorio. El obispado de Barbastro-Roda cae en manos del obispado de Huesca en 1116.
Ramón tendría un importante papel en la reconstrucción arquitectónica de la ciudad. El rey buscaría originariamente su apoyo en las guerras contra los musulmanes, lo cual no ocurriría hasta el año 1119, poco después de permitirse su retorno a Roda. En dicho año, Ramón y Alfonso se reconcilian y emprenden campaña. Ramón muere por complicaciones de salud en su retorno a Huesca. Muere en 1126.