San Gregorio Barbarigo fue un santo, cardenal y diplomático católico muy importante del siglo XVII. Nació el 16 de Septiembre de 1625, en Venecia, Italia, con el nombre de Gregorio Giovanni Gasparo Barbarigo. Su familia era muy acomodada e influyente, teniendo, desde muy joven, un lugar en los asuntos estatales y religiosos más importantes.
Su formación académica fue sólida, teniendo grandes dotes intelectuales y religiosos desde muy joven. A la edad de 18 años, comienza a tener las funciones de secretario del embajador de Venecia, y a la edad de 23 años, emprende un viaje junto a Alvise Contarini al Congreso de Münster. Todo esto se hizo en el contexto de la Guerra de los Treinta Años, ya en su crepúsculo, cuando se estuvieron por hacer las negociaciones del Tratado de Westfalia. En ese lugar, San Gregorio Barbarigo entra en contacto con Fabio Chigi, quien le estimula y orienta a que se ordene como sacerdote.
Siete años más tarde, un 21 de Diciembre tiene lugar la Ordenación Sacerdotal de San Gregorio Barbarigo. Ocuparía cargos muy importantes en Padua, sitio donde reside la universidad donde cursó sus estudios, durante un tiempo hasta que es ascendido como obispo y cardenal de su ciudad.
En Padua, Bérgamo y Roma, tendría importantes ocupaciones que lo colocarían, años después, como Santo de la Iglesia Católica. Viviría, tal como lo ordenó en su momento Carlos Borromeo, una vida de austeridad. Todo el dinero que iría a ser invertido en su fiesta de recepción, acabaría en los pobres y necesitados de la ciudad. Fue, también, un hombre humilde que vendería gran parte de sus propiedades o los distribuiría a manera de caridad. Se dice que en sus visitas pastorales se residenciaba y comía en las casas más humildes.
Fundaría multitud de escuelas e institutos, promoviendo la enseñanza de la fe católica. Muere en 1697.