San Aureliano de Arlés fue un santo y personaje muy significativo en la vida religiosa y política de su tiempo. Nació en algún momento del año 523 (la fecha exacta de su nacimiento ha quedado en el misterio, muy posiblemente porque los archivos originales se han perdido), en el seno de una familia aristocrática borgoñesa. Esta familia era, por cierto, muy allegada a los reyes franceses de su tiempo, y este paradigma de cercanía con los reyes se repetiría a lo largo de la vida de Aureliano.
San Aureliano de Arlés perteneció a una estirpe de santos que ocuparon cargos religiosos muy importantes de su tiempo. Su padre fue San Sacerdos, quien ocuparía el cargo de arzobispo de Lyon en algún punto del siglo VI. También fue primo de San Niceto, quien ocuparía el cargo de San Sacerdos en Lyon como su arzobispo.
Pese a esto, el destino de San Aureliano de Arlés estaría en Arlés. El 23 de Agosto de 546, Aureliano ocuparía el cargo de Arzobispo de Arlés. Esto siempre tuvo su matiz político, ya que el rey Childiberto I buscaría apoyo en el mediterráneo de algún modo. En su búsqueda, haría que Aureliano fuese nombrado arzobispo, reconociendo sus logros y dotes en todo momento.
Y es que, en su tiempo y en los que seguirían, San Aureliano de Arlés tendría el reconocimiento de sus cualidades a nivel de lo religioso y lo espiritual. Tendría una participación muy activa en los eventos religiosos más importantes de su tiempo, como la Controversia de los Tres Capítulos, en la cual hasta el mismo Papa tendría un lugar.
Fue, a su vez, fundador de numerosos conventos y congregaciones religiosas de orientación benedictina. Algunas son a día de hoy muy reconocidas dentro del ámbito eclesiástico, y vistas a menudo con mucho respeto. Muere el 16 de Junio del año 551.