San Eliseo fue un famoso profeta y santo cuya vida es datada entre el 850 y el 800 antes de Cristo. Normalmente, se lo asocia a los nombres de Elías y Jesucristo. En relación al primero de esto, por ser su evidente sucesor, y en relación al segundo, por ser considerado uno de sus más importantes precursores en la doctrina cristiana.
Se sabe que San Eliseo nació como hijo de Safat. Fue, en principio, un pastor y agricultor de una tierra ubicada en Abel-mehola. Se dice que fue un hombre con calvicie y una fuerza prominente, ya que, en el Primer Libro de los Reyes, se lo menciona como alguien capaz de conducir una decena de yuntas de bueyes mientras hacía agricultura.
En el contexto de esta tarea es que Elías, su profeta predecesor, lo encuentra. Elías fue guiado al principio por Dios, quien lo condujo, entre otras cosas, a buscar un sucesor de nombre Eliseo. Elías encuentra a Eliseo arando la tierra, y a manera de gesto simbólico, sin mediación de palabra, deja sobre los hombros del segundo su propia capa.
San Eliseo entiende el significado de esto, y pide la oportunidad de despedirse de su familia. Hacen un festín con los bueyes que otrora sirvieron para arar la tierra. Acto seguido, se despide y sigue los pasos de su maestro.
Aun pese a las similitudes del nombre, San Elías y San Eliseo no pudieron tener caracteres más disimiles. Mientras Elías era más taciturno y circunspecto, San Eliseo fue el líder de una importante progenie de profetas de su tiempo.
Elías hizo una multitud de milagros que son registrados en las Sagradas Escrituras. Tales son los ejemplos de:
- Dividir las aguas del río Jordan.
- Purificó las aguas de un manatial de Bet-el.
- La resurrección del hijo de una mujer de Sunam.