San Landerico es, de alguna forma, uno de los personajes más importantes y misteriosos de su tiempo en París. Importante, por sus logros materiales e inmateriales, sea por su papel en la atención de la pobreza, como en la fundación del primer hospital de la capital francesa, aquel que sería llamado años después como el Hotel-Deu (o Casa de Dios, en su traducción al español). Misteriosos, porque, aun pese a sus logros, es muy escasa la información documentada hasta ahora.
San Landerico de París nació en algún punto desconocido de la historia. Su nombre, originalmente, fue Landric, el cual tiene sus raíces en lo germánico. Gran parte de su vida, tal como lo hemos mencionado, es un misterio debido a la falta documentación, pero se sabe que en tiempos de Clovis II, Landerico fue nombrado Obispo de Paris. Este hecho fue histórico, ya que permitió al Santo tener contacto con los recursos para atender las necesidades de los más desfavorecidos de su tiempo.
Se dice que, por aquel tiempo, Paris atravesó una hambruna y una serie de enfermedades que diezmaron a gran de la gente. La cantidad de enfermos y hambrientos fue abrumadora, al punto que, según se dice, Landerico vendió gran parte de sus pertenencias para comprar pan para los más hambrientos. Se lo representa usualmente como un ejemplo de moral cristiana, de devoción y servicio ante los más necesitados.
Es, empero, sobre todo recordado por haber fundado el primer hospital de la ciudad. Este se hizo en honor de San Cristóbal, y siempre bajo la sombra de la Catedral de Notre-Dame. Este hospital comenzaría solo como una pequeña beneficencia, pero con el pasar de los años, devendría en uno de los principales centros de salud de Paris.
No se sabe la fecha exacta de su muerte, pero se estima que esta ocurrió antes del año 560.