La información que tenemos de San Sancho a día de hoy es un poco imprecisa. Esto se debe a que existen pocos registros históricos acerca de su existencia, a parte de los testimonios de Eulogio de Córdoba en su libro Memorialis Sanctorum. San Sancho fue un personaje nacido en Abi (aunque hay quienes consideran más probable su nacimiento en Albéniz o Albizu) en algún momento del siglo IX.
Se cuenta que San Sancho fue un santo y un mártir que, desde niño, fue capturado por los musulmanes y conducido hasta Córdoba. Allí, Sancho fue educado en la corte del Emir, destacándose como militar bajo su cargo. En algún punto de su juventud, Sancho entraría en contacto con San Eulogio, lo cual lo ayudaría a conocer enseñanzas como las de San Isaac. De este nacería, quizá, su deseo por el martirio, el cual no tardaría en vivir un poco más adelante.
Sería finalmente ejecutado de manera brutal un 5 de Junio de 851 (aunque se sabe que el día y el mes son exactos, el año en cuestión aun es un tema de muchos cuestionamientos) por empalamiento en el Campo de la Verdad de su ciudad española. Sus restos serian cremados y arrojados en el rio de Guadalquivir. Se sabe que, días después, más mártires serían ejecutados por el emir en ese momento de manera cruel.
Pese a su martirio, fue durante el medioevo olvidado, muy a diferencia de otros mártires de ese mismo tipo que si serían recordados. Gracias a las publicaciones de San Eulogio, en Córdoba se le empieza a rendir culto en el siglo XVII. Posteriormente, este culto se le rendiría en otras regiones como en Álava. En Vittoria, justamente en la Iglesia de Todos los Santos, podemos encontrar una imagen de él junto a otros santos de su misma región.