San Juan I, también conocido sencillamente como Juan I, es uno de los santos que se venera el día 18 de mayo, y es resaltante debido a haber sido uno de los Papas de la iglesia católica, así como el primer Papa que viajó a Constantinopla con motivos políticos.
Habiendo nacido en Toscana en el año 470, dentro de la ciudad de Siena, escuchó la llamada de Cristo a temprana edad y se ordenó al final de su adolescencia. Posteriormente, sería diácono de Roma, en donde sirvió como un seguidor del Antipapa Lorenzo, aunque después confesaría su falta de lealtad al Papa de turno, Símaco en el año 506, además de revelar secretos de Pedro de Altinum y de Lorenzo, rogando un perdón por parte del Papa Símaco. Prontamente, sería conocido sencillamente como el diácono Juan, siendo notable por ser uno de los siete diáconos que existían en territorio romano en aquel momento.
Ya para cuando fue elegido como Papa, San Juan I, era un fraile y viajó a Constantinopla para poder hablar con el emperador Justino I. Esto se dio después de que el rey de los arrianos, el rey ostrogodo Teodorico el Grande, un rey de lo que actualmente es Italia, lo enviara a Constantinopla para que pudiera negociar con el emperador bizantino el hecho de que se pararan las persecuciones hacia los arrianos por parte del imperio. Este viaje se dio en el año 525.
No obstante, este viaje fue un fracaso ya que no se pudo llegar a un acuerdo con Justino I, lo cual hizo enfurecer a Teodorico, por lo que fue enviado a la cárcel de Rávena, donde moriría por martirio el día 18 de mayo del año 526.
A pesar de las circunstancias, sus reliquias fueron llevadas a Roma, y puestas dentro la Basílica de San Pedro para su preservación.
