San Esteban Harding. Fue un religioso de origen inglés, nacido en Dorset, hacia el Siglo XI, destacado por haber sido un místico y asceta cofundador de la congregación de Cister, cuya fuerza inspiradora cristiana, se basó en la pobreza y la oración. Llegó a ser Abad de dicha congregación. Es el Santo que conmemoramos el 28 de marzo.
San Esteban Harding, fue originario de una noble familia inglesa, que gozaba de una relevante posición económica, lo cual representó, para este joven cristiano, la posibilidad de gozar de una educación formal y de calidad, logrando adquirir sólidos conocimientos académicos, así como el dominio de varios idiomas.
No obstante su origen, San Esteban Harding, optó por llevar una vida monástica, por lo que, en compañía de dos compañeros quienes, como el, compartían los mismos principios cristianos, se dedicaron a cofundar la llamada Orden de Cister, cuya finalidad era básicamente la oración, penitencia y pobreza.
San Esteban Harding, junto a San Roberto, fundador del Monasterio Benedictino de Molesmes y San Alberico, decidieron unirse en la formación de la llamada Orden de Cister, la cual, en poco tiempo, logró un importante desarrollo en la consolidación de los principios de la vida monástica y ganó gran cantidad de seguidores.
Como toda obra de sacrifico, la Orden de Cister entró en decadencia. Sus fundadores, se dedicaron a una vida de absoluta austeridad y consagración, y a la muerte de Alberico, San Esteban asumió como Abad, pero imponiendo de tal modo las rigurosidades de su desempeño, que fue disminuyendo la vocación.
Poco tiempo después y cuando se veía decaer la orden, San Esteban Harding recibió un grupo numeroso de jóvenes quienes, impulsados por un joven de origen noble, llamado Bernardo, en conocimiento del aporte espiritual de la orden de Cister, se le unieron levantando entonces el desarrollo e importancia de la misma. Fue este santo cristiano, quien promulgó las cartas de caridad, conocidas para regentar la vida ascética basada en la congregación que el ayudó a cofundar y, de ella, surgió la primera congregación para mujeres, de monjas cistercienses.
San Esteban Harding, tras 25 años de regencia como Abad, y por su avanzada edad y estado de salud, renunció a su cargo en 1133, falleciendo al año siguiente, el 28 de marzo de 1134. Fue canonizado en 1623.