Santa Perpetua. Fue una mujer cartaginesa, cristiana convertida, quien fue sometida al martirio por practicar la fe, humillada y decapitada por ser fiel a su convencimiento espiritual cristiano. Es la santa que conmemoramos el 7 de marzo.
Santa Perpetua pertenecía a la alta sociedad de Cartago, antigua ciudad ubicada al norte de África, en la actual Túnez, quien fue convertida al cristianismo por intercesión de un diácono cristiano llamado Saturo. Esta noble mujer, apegada a su convencimiento espiritual, también contribuyó a la conversión de quienes eran sus esclavos, entre ellos, la esclava Felícita (Felicidad) y los esclavos Revocato, Saturnino y Segundo.
Su osadía fue delatada y acusada de práctica cristiana, delito que era perseguido, en cuyo caso, con el edicto ejecutado bajo las órdenes de Séptimo Severo, emperador de las regiones norafricanas del imperio. Fueron en vano los intentos de la familia de Santa Perpetua en tratar de persuadirla de abandonar su fe cristiana y abrazar de nuevo el paganismo, motivo por el cual, fue llevada a prisión junto a sus esclavos, decidido su martirio y ejecución en una de las tantas ferias a ser exhibidas en el anfiteatro de Cartago.
El relato del martirio de las santas Perpetua y Felicita, es quizás una de las paginas más bellas de la historia de los primeros siglos del cristianismo, pues, revela un sentimiento de hermandad, entre estas dos mujeres cristianas, quienes, al enterarse de su condena a las fieras y conscientes de su flaqueza, se mantuvieron confiadas en la fuerza de Cristo que combatiría junto a ellas e irían al martirio como a un triunfo al que las invitaba el mismo Jesús Redentor.
Santa Perpetua, fue expuesta a las fieras en el anfiteatro de Cartago, en una fecha equivalente al 7 de marzo del año 203, siendo similar la suerte de sus otros esclavos, así como la del diácono Saturo. Su nombre, junto al de Saturo, Santa Felícita, y sus demás esclavos, siguen unidos figurando en el canon de la misa romana.
