San Román de Condat. Fue un místico, asceta y anacoreta, nacido en Izernore, Francia, en el siglo V, quien alcanzó la santidad, siendo célebre por su vida monástica y ascética, fundador de importantes monasterios y por su elevado nivel de conciencia cristiana, que lo hicieron ser respetado y seguido por otros que, como él, decidieron abrazar el misticismo, a través del pensamiento y la entrega a la espiritualidad cristiana. Es el santo que conmemoramos el 28 de febrero.
A la edad de 35 años y, ya inmerso en la orden religiosa de San Benito, San Román, decide alejarse a la región de Condat, donde se dedica a la vida ascética y a la meditación, ofreciendo enseñanzas y reglas de seguimiento monástico, que lo llevan a ser un místico muy apreciado por quienes decidían seguirlo. Entre sus seguidores y colaboradores, destacó su hermano, Lupicio, quien, al igual que San Román, alcanzó la santidad y fue reconocido como destacado cristiano.
San Román de Condat, fue ordenado sacerdote por San Hilario, arzobispo de Arles, en el año 444. Una vez que San Román y su hermano Lupicio, hubieron destacado por su vida monástica y su entrega espiritual, bajo preceptos cristianos y como eremitas, consintieron en la creación de muchos monasterios que sirvieron de cobijo a quienes siguieron sus enseñanzas.
La Abadía de Condat, que fue el centro fundacional de lo que hoy en día se conoce como la ciudad francesa de Saint-Claude, el monasterio de Saint-Lupicin, nombrada así en honor a San Lupicio, así como el monasterio de Saint Romain de Roche, que fue el lugar de entierro de San Román de Condat, a su muerte, son algunos ejemplos de los monasterios fundados por este destacado santo, en compañía de su hermano.
San Román de Condat, falleció en el año 463, en lo que se conoce hoy día como Saint Claude, al este de Francia en frontera con Suiza.