Santa Jacinta Marto. Fue una niña campesina nacida en Lisboa, Portugal, a inicios del siglo XX, Dedicada junto a su familia, al pastoreo rural y sin una educación formal, fue célebre en alcanzar la santidad, por ser una de las escogidas para presenciar la aparición Mariana de la Virgen en Fátima. Es la santa que conmemoramos el 20 de febrero.
Santa Jacinta Marto, nació en Lisboa el 11 de marzo de 1910, a pesar de ser una niña muy humilde, sin prácticamente ningún tipo de educación formal, fue una niña muy alegre y dada a la aventura campestre, criada bajo los valores cristianos esenciales que sus padres le inculcaron para una vida sencilla en su entorno puro y sano.
Santa Jacinta Marto, contaba solo con 7 años, cuando entre el 13 de mayo y el 13 de octubre de 1917, presenció junto a su hermano Francisco y su prima Lucía, la aparición de la virgen María. Esa aparición ocasionó en la pequeña Jacinta una importante transformación espiritual al haber tenido visiones sobrenaturales que la condujeron a practicar la penitencia y la oración permanente, bajo la visión de sacrifico y querer salvar el alma de los pecadores del mundo, según la petición que le hiciera la Santa Virgen aparecida.
La misión de Santa Jacinta Marto, fue quizá incomprendida, dada su corta existencia, pero su legado espiritual fue precisamente la enseñanza que nos dejó su entrega y dedicación a la penitencia y su empreño en salvar tantas almas de pecadores como fuese posible, ya que, tal como ella misma refirió, así como sus referentes presenciales, fueron las visiones infernales que pudo presenciar, las que ocasionaron en ella su aflicción por la almas de aquellos pecadores que no encontraron la salvación a través de vida cristiana y de entrega a Dios.
Santa Jacinta Marto, quebrantó su salud de modo tal que, una fiebre debilitó su cuerpo y se la llevó junto a la paz del señor un 20 de febrero de 1920 a la edad de 9 años. Su canonización es una de las más recientes en ocurrir, por gracia del Papa Francisco, quien la otorgó el 13 de mayo de 2017.