San Cirilo de Alejandría. Fue un sacerdote de origen egipcio, Patriarca de Alejandría, una de las metrópolis de oriente y uno de los grandes defensores de la fe cristiana. Sus aportes a la unificación de la Iglesia y sus conceptos apegados a la doctrina cristiana lo convirtieron en Doctor de la Iglesia. Es el Santo que conmemoramos el 9 de febrero.
San Cirilo, nacido hacia el año 370, en la región de Alejandría, antiguo Imperio Romano de Oriente, fue un férreo defensor de la fe cristiana en contra de las herejías de Nestorio, que se negaba a admitir la unicidad de persona en Jesucristo.
Poco se aporta en la historia cristiana acerca de San Cirilo de Alejandría, en relación con su infancia, pero, la calidad de sus discursos y su profundo conocimiento literario e histórico, especialmente de las sagradas escrituras, muestran que fue un hombre con una educación y cultura prodigiosas, al punto de ser considerado como Padre de la Iglesia, cuyos aportes son referencia de estudio de la historia eclesiástica.
En el concilio de Éfeso, de 431, el cual presidió San Cirilo de Alejandría, en nombre del Papa, hizo definir que, siendo Cristo hijo de Dios, al mismo tiempo Dios y Hombre, la santísima virgen, su madre, era sin duda, la madre de dios.
Las ideas de San Cirilo de Alejandría y su decidida defensa de la unidad cristiana y la santísima Trinidad, valieron, en contraposición a las ideas difundidas y argumentadas por Nestorio, la necesaria mediación papal y la celebración de concilios donde se concluyó la herejía de las manifestaciones negativas de Nestorio y la imposición decidida de las ideas defendidas y sustentadas por San Cirilo de Alejandría.
A pesar de su lucha, no vio San Cirilo de Alejandría definitivamente resueltas las grandes diferencias que surgieron en torno a su argumentación de la unidad en Cristo, falleciendo en el año 444. La Iglesia lo venera como uno de sus grandes doctores. Sus comentarios al evangelio de San Juan constituyen uno de los más ricos en doctrina que nos ha legado este Padre de la iglesia.
