San Sabas. El día 5 de diciembre, la Iglesia católica conmemora a este santo. Este fue un abad y sacerdote de Anatolia. Se sabe que vivió gran parte de su vida en Palestina y llegó a convertirse en el padre fundador de distintos monasterios, siendo el más conocido de todos Mar Saba.
Nacido de familia griega, posiblemente en Turquía cerca del año 439, San Sabas crecería siendo criado por un tío, debido a que su padre, quien era comandante del ejército, tuvo que partir por un largo período de tiempo. Según cuentan las historias cristianas, el pequeño San Sabas sería maltratado por este pariente, obligando a que el pequeño de ocho años terminara por ir a vivir a casa de otro de sus tíos, creando un conflicto familiar, esta vez de dinero, pues ambos tíos se peleaban por la herencia de San Sabas.
Esta disputa, haría que el joven iniciara desde temprana edad su vida hacia la paz y la santidad, y decide irse a vivir a un monasterio cercano, a pesar de que ambos tíos se disculparían, y deciden hablar con San Sabas para administrar su herencia y otros bienes materiales, para pedirle al joven que volviera. Pero San Sabas ya se encontraría cansado de la vida mundana, y decide permanecer en el monasterio.
Pasados unos cuantos años, decide realizar un viaje hacia Jerusalén, pues está dispuesto a seguir el camino de la santidad, y aprender todo lo que este santo país tenía para ofrecerle. Se dedicaría entonces a una oración plena y constante, además de grandes penitencias. Trabajaba laboriosamente diez horas diarias; fabricaba canastos artesanales y los vendía, no para quedarse con el dinero, pero sino para tener suficiente para comprar alimentos para los más necesitados.
Sabas permanecería luego cuatro años en el desierto como ermitaño, y fue reconocido por muchos otros monjes y sacerdotes como guía espiritual para la santidad.