Santa Bibiana. Santa que conmemoramos el día 2 de diciembre, fue una mártir cristiana, posiblemente, una de las que vivió los últimos años de la persecución dada en contra del pueblo cristiano.
Según cuenta la leyenda cristiana, después de que el gobernador Aproniano asesinara a Fausto y a Dafrosa, intentaría no sólo adueñarse de su patrimonio, sino que también obligaría a las hijas de los mártires a apostatar, encerrándolas y torturándolas por varios días.
Una de las hermanas, Demetria, no soportaría aquel encierro, y fallece al poco tiempo. Pero la hermana más valiente, Santa Bibiana, se enfrentaría constantemente al gobernador, demostrándole que, junto a Cristo, ninguna prueba era suficiente para hacerla negar de su fe.
El gobernador utilizó todos los medios para hacer que Santa Bibiana terminara de renunciar a su amor por Cristo, y pudiera utilizarla de ejemplo para otros cristianos que desafiaran a su poder. Sin embargo, Santa Bibiana termina siendo ejemplo de perseverancia, testimonio de fe y también, imagen de que sólo la fe en el verdadero Dios puede salvarnos.
Con su paciencia al límite, el gobernador ordenaría a que la cristiana fuera atada a una columna, y cruelmente flagelada hasta llevarla a su muerte. Finalmente, llena heridas sobre su cuerpo, pero todavía con la voluntad de proclamar el nombre de Cristo ante el gobernador, Santa Bibiana termina de entregar su alma a la salvación, consiguiendo hoy en día su puesto como santa de la Iglesia católica.
Su cuerpo fue arrojado a los perros, pero milagrosamente, sería rescatado por un grupo de hermanos cristianos, quienes pudieron darle sepultura junto a sus padres y su hermana.
Bibiana y muchos otros cristianos que sufrieron y hoy sufren del martirio por amor a su fe, son vivo ejemplo de que Dios todo lo puede, y que no existe fuerza más grande que la fe para brindarnos el valor necesario en cualquier adversidad.
