San Félix de Valois. El día 20 de noviembre, conmemoramos el día de San Félix de Valois, un ermitaño de origen francés que junto con San Juan de Mata, fundaría la Orden de la Santísima Trinidad para la Redención de Cautivos, conocida también como Orden Trinitaria o Trinitarios, y se trata de una comunidad de religiosos, que desde sus inicios, se encargaba de la liberación de presos.
Muy pocos datos se tienen sobre la vida de San Félix de Valois. Posiblemente, habrá nacido en el año 1127, y desde muy joven, habría sido conocido por su extrema piedad y devotas penitencias. Se le veía desde pequeño regalando sus juguetes a los niños de la calle, guardando comida para compartirla con los más necesitados, y uno de sus actos más piadosos de joven, sería la leyenda de que aún siendo un niño, le pidió a su padre que le concediera el perdón a un acusado por homicidio.
Alcanzando ya una edad mayor, San Félix de Valois elige dedicarse a la vida religiosa, pero ansiaba por una vida de penitencia, soledad y contemplación. Se dice que entonces, San Félix de Valois viviría como ermitaño en el bosque de Gandelu, donde se conoció la leyenda de que en un momento, mientras paseaba por el bosque, se toparía con un curioso ciervo que se dirigía al arroyo que estaba cerca de ambos, para saciar su sed.
Mientras San Félix admiraba al hermoso animal, se percataría que entre las astas del ciervo, comenzaría a brillar una cruz griega, de color azul y rojo. En aquella época, San Félix ya comenzaría a aliarse junto a Juan de Mata, y al informarle lo vivido, decidirían tomarlo como una señal divina, y deciden entonces tomar esta misteriosa cruz como un distintivo de los religiosos redentores.
Se cree que San Félix muere un 4 de noviembre del año 1212, un año después de que falleciera Juan de Mata.