San Wenceslao I. Duque de Bohemia, fue un gobernante, descendiente de casta real, pero abrigado por una educación y enorme fe cristiana y misericordia. Es el Santo que conmemoramos el 28 de septiembre.
San Wenceslao I, Nació hacia el año 907 en Stochov, ciudad ubicada en la actual República Checa. Era hijo de Duques, gobernantes de la Región de Bohemia Central. Contaba solo 18 años, cuando debió tomar las riendas del poder, tras la muerte de su padre y un gobierno desastroso, por parte de su madre.
En su entorno de poder, debió enfrentar una fuerte oposición, al tratar de convertir a su país en una región cristiana, mediante la predica de la fe y otras reformas tanto en religión, como en su sistema judicial, propiciando la reducción de las condenas a muerte y la práctica de las torturas.
San Wenceslao, hizo cuanto pudo para acelerar la conversión cristiana en su país, aún pagano, secundando a misioneros de origen alemán y dando, él mismo con su ejemplo, una vida impregnada piedad y caridad cristiana muy grandes.
Tanta era la fe cristiana de Wenceslao y su fiel convencimiento de las enseñanzas de nuestro señor Jesucristo, que llegó a transar la paz de su país, ante las amenazas de guerra propiciadas por los sajones. Prefiriendo pactar mediante pagos, antes que ver a su país sumido en la guerra.
Su hermano, Boleslao, fue su mayor opositor quien, al contrario de Wenceslao, se aferraba ferozmente al paganismo. En una oportunidad de celebrarse la invitación a una fiesta, su hermano, conspirando con un grupo de personas, acorraló a Wenceslao y ordenó que fuese asesinado a las puertas de una iglesia, donde se disponía a entrar para orar, el 28 de septiembre del año 929.
El Joven duque de Bohemia, mártir a los 22 años, es el héroe nacional y patrono de los checos.